La construcción del aprendizaje

Ramiro Loguercio




Ramiro Loguercio


La sesión de entrenamiento es la estructura más pequeña desde la cual el entrenador puede moldear las conductas y actitudes que pretende su equipo adquiera en los entrenamientos  y luego exprese durante la competición.


1.    Los objetivos
La principal tarea en lo que debemos centrarnos es definir los objetivos, es decir, aquello que se pretende conseguir con el desarrollo de la sesión.

Así entonces será esencial precisar, anticipadamente, cuales son los comportamientos que deseamos incorporen nuestros jugadores en relación al modelo de juego o jugar pretendido por el entrenador. Los que guardaran estrecha relación con las particularidades de los futbolistas que conforman el plantel como así también de las características del grupo entendido como colectivo.

Estos objetivos deben ser expresados y socializados con los futbolistas a diario, de modo de comprometer así su participación activa en el desarrollo de la temática seleccionada, utilizando para ello diferentes recursos audiovisuales  que sirvan como un recurso al servicio del proceso educativo, diversificando diferentes fuentes de información y ofreciendo una plataforma gráfica de gran motivación e interés.

Es significativo considerar la importancia de la evaluación al finalizar la sesión, de modo de analizar si en la ejecución de los ejercicios logro ser resuelta la problemática planteada. Este aspecto será de vital importancia para la construcción de los siguientes entrenamientos, al igual que para hacer evolucionar el objetivo hacia una problemática más compleja aún.

2.    Segundo paso, definir la tarea principal.
Esta tarea se ubicara en el centro de la escena, conocer al detalle que pretendemos  provocar en los jugadores posibilitará, construir en dos o tres pasos metodológicos, una aproximación al tema principal garantizando así la interacción de los futbolistas con los contenidos seleccionados

Es fundamental considerar y manipular las reglas de provocación (las viejas  consignas) ya que a través de ellas podremos ir moldeando el accionar de los futbolistas, posibilitando y favoreciendo se hagan concretos los objetivos.

3.    Diseñar tareas auxiliares y complementarias.
La sesión deberá comenzar con tareas que desarrollen el objetivo central de manera simplificada, de modo de asegurarnos que el jugador estará en contacto con los contenidos seleccionados a lo largo de toda la sesión.

Estas deberán ser facilitadoras, permitirán a los futbolistas comprender los conceptos básicos para la resolución correcta de los diferentes momentos de la sesión e ir asimilando las diferentes correcciones durante la ejecución.

4.    Intensidad.
Cabe destacar que cuando hablamos de intensidad hacemos referencia a niveles de concentración, o mejor dicho, a la dificultad planteada en la resolución de las tareas.

La intensidad en la sesión deberá ser creciente. Ira evolucionando entonces con el paso de las tareas que nos lleven a concretar el objetivo central.

Para los primeros momentos debemos delinear tareas en contextos simplificados que faciliten la ejecución, para ello planearemos labores conjugando, simplificando o dificultando depende el momento, los siguientes aspectos: espacios, zonas, simetría de jugadores, densidad compañeros/adversarios y la relación de los participantes con el balón.

Es importante considerar que en la medida que la tarea se asemeje en solicitación cognitiva y demanda decisional  a lo que sucede en la competencia su intensidad será más elevada ya que los deportistas deberán resolver problemas pensando y decidiendo en situación de estrés competitivo.

5.    Analítico o Global
Supongo elemental aclarar mi visión de acerca de este tema ya que su concepción será determinante dentro de la organización de la sesión.

Ni analítico ni global, las tareas deben ser contextualizadas. Siguiendo la idea de Vítor Frade, debemos “reducir sin empobrecer”, entonces cada ejercicio que diseñemos debe conservar la esencia del juego y su lógica interna.

Debemos exponer sobremanera a que los participantes vivencien aquello que pretendemos aprendan, quizá entonces convenga forzar a que sucedan muchas veces situaciones que nos permitan configurar las respuestas que esperamos luego se expresen durante la competición. 

Por ultimo cabe destacar dos aspectos sobre los cuales debemos poner especial atención.

El primero es la comunicación, difícilmente los futbolistas puedan resolver, en dirección a las expectativas creadas al momento de pensar el ejercicio, si el lenguaje o terminología utilizada para describir lo que debe hacer no es clara. Pues si no comprenden que les estamos indicando menos podrán ejecutar como esperamos.

Otro aspecto indispensable es que quien conduce sepa cómo deberán ser resueltas las tareas, cual es el modo correcto, las diferentes alternativas que puedan darnos los ejercicios y cuáles son las principales dificultades o trabas que puedan surgir durante la ejecución.
Conocer el plan y haberlo analizado al detalle facilitara y hará más efectivas las intervenciones al momento de guiar la resolución de las diferentes tareas de entrenamiento, lo que se traduce en inmejorables oportunidades de aprendizaje para nuestros futbolistas.

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